PREDICCIONES

viernes, 2 de septiembre de 2011



En mi casa, en diversos bares cercanos a las universidades donde trabajo, en ciertas esquinas, en animadas conversaciones con el diariero y en algunos pocos y olvidables escritos, he blandido una serie de predicciones en torno al kirchnerismo que a poco de andar fueron desmentidas por esa cosa que Aristóteles y Perón llamaban “la realidad”.



Dejando de lado el hecho menor de que en mi barrio he dilapidado el último resto de credibilidad que tenía como analista político, me sigue preocupando comprender un poco mejor este fenómeno que no se deja cocinar al primer hervor intelectual. Aclaro por las dudas que muchas de estas elucubraciones manaron de mi propio coleto, mientras que otras se las escuché a (o las leí de) expertos en diferentes campos, a quienes todavía (man)tengo en alta estima. Algunas opiniones las sostuve con firmeza, otras con más dudas, pero en diferentes momentos me creí lo que decía.


Aunque interesante, sería largo reconstruir ahora la secuencia cronológica precisa de supuestos e hipótesis que animaron mis descaminados pronósticos (algo nos diría también de las decisiones que tomaron ciertos actores de la vida nacional, en particular de las diversas oposiciones, quienes por un desdichado conjunto de malos entendidos creyeron cosas más o menos parecidas a las mías), pero lo dejaremos para otra ocasión; aquí me limito, pues, a enumerar un selecto decálogo de vaticinios fracasados para ver si sacamos algo en limpio de ellos:



* Él no sé, pero ella es un cuadro político, o sea que a él, cuando llegue a la presidencia, o bien lo va a manejar ella o bien lo va a manejar Duhalde (predicción paleolítica);

* Un gobierno que arranca con poco más del 22% de los votos es un gobierno necesariamente débil (opinión emitida varios días después de la elección presidencial de 2003);

* No se puede gobernar la economía sin el INDEC, no se puede navegar sin instrumentos… (afirmación sostenida después de la intervención de las patotas morenistas en el INDEC: circa 2007);

* La alianza entre el Grupo Clarín y el kirchnerismo es estratégica y está firme: eso les permite a ambos hacer cualquier cosa (afirmación verdadera entre 2003 y 2008 = 5 años);

* A cualquier gobierno le cuesta muchísimo enfrentar -o directamente no resiste- varias tapas adversas de Clarín (opinión musitada algunos días después del inesperado divorcio entre el Grupo Clarín y el kirchnerismo);

* Una vez que los sectores medios de la sociedad le quitan el apoyo a un gobierno, no se lo vuelven a dar (vaticinio sostenido –más o menos- entre la crisis del campo y la muerte de Kirchner);

* Los gobiernos que pierden las elecciones legislativas de medio término, corren serio riesgo de perder gobernabilidad en el último tramo de su mandato (pronóstico esgrimido días después de las elecciones legislativas de junio de 2009);

* Los gobiernos que pierden las elecciones legislativas de medio término, pierden la siguiente elección presidencial (predicción sostenida –más o menos- entre el día después de las elecciones legislativas de junio de 2009 y la mañana en que se anunció la muerte de Kirchner);

* Muerto Kirchner, no parece posible reemplazar sus modos de hacer política y de ejercer el poder, reuniendo en un mismo armado los hilos de los distintos peronismos que componen el kichnerismo: territorial, sindical, juvenil, “setentista”, etc.

* El “modelo” económico K enfrentará –no ahora pero sí el próximo año- muy serios problemas que lo obligarán a corregir significativamente el rumbo (afirmación mantenida en diferentes años, incluso éste que estamos viviendo…).

Como dije antes, no voy a discutir los supuestos y los contextos en que fueron pronunciadas estas aseveraciones, caídas luego en saco roto, así como tampoco cabe ahora puntualizar las condiciones que hicieron posible que la tendencia y las disposiciones anunciadas por esas predicciones se alteraran, y con ella el rumbo entero de las previsiones aventuradas.



En todo caso, particularmente a la luz de los contundentes resultados de las elecciones primarias del 14 de agosto, quienes mantenemos un talante crítico respecto del kirchnerismo nos debemos una rigurosa reflexión autocrítica. Ciertamente, puede afirmarse que el triunfo oficialista mixturó dispares cuotas de “virtud” propia y de “fortuna” heredada, como hubiera dicho el venerable Maquiavelo; y que las oposiciones hicieron una contribución invaluable, al sazonar con ingentes dosis de personalismos inconducentes una trama objetiva de incentivos e intereses escasamente orientados a la cooperación. Pero incentivos, intereses y personalismos componen una ecuación incompleta si no le agregamos el papel que cumplieron debilidades de análisis y errores de cálculo, como insumos específicos de decisiones desacertadas, que habrá que revisar y corregir a futuro.



Un último detalle: en defensa de mi delicado equilibrio emocional y de una menguante autoestima debo decir que durante estos años le atiné con algunos otros pronósticos, pero no es momento de vanagloriarse con aciertos de retaguardia. A quienes nos interesa seguir analizando, estudiando, pensando la política del país, convencidos todavía que esa reflexión puede contribuir a una módica mejora de la calidad de nuestra democracia, tenemos por delante el formidable pero necesario desafío de aprender de nuestras equivocaciones.


La Plata, 31 agosto de 2011. Publicada en la página institucional del Club Político Argentino (CPA): http://clubpoliticoargentino.org/


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