Por Antonio Camou
"Cuando uno es
diputado o senador acompaña un proyecto de país. No es simplemente un rejunte
de gente para ganar una elección", dijo la presidenta desde Entre Ríos, en
lo que fue su primer discurso después del cierre de listas para las elecciones
legislativas de octubre. Y agregó para rematar: "La elección es un día,
pero se gobierna los 365 días del año".
Una vez más, la Sra.
Presidenta nos entregó una disertación de hondo contenido político centrada en
una categoría científica medular para comprender algo del pasado, casi todo el
presente y buena parte de nuestro inmediato futuro: la noción de “rejunte”.
Como el problema es
arduo dejaré de lado el debate técnico con la bibliografía especializada (no
haré distingos, por caso, entre “rejunte”, “ensalada”, “mescolanza” o “bolsa de
gatos”), para focalizarme en tres cuestiones que vale la pena destacar.
El primer punto nos recuerda
que el kirchnerismo percibió como nadie que el correlato de la extrema
fragmentación del campo político dejado por la crisis del 2001 era la necesidad
de (re)juntar los pedazos de lo que pudiera -y quisiera- reunirse bajo su mando,
con algún vago perfume a novedad.
Tras el desfonde del
tejido representativo, Kirchner comprendió también que la única estructura que
quedaba en pie para acumular dinero y poder, y desde allí negociar y/o someter
a corporaciones, sindicatos o movimientos era la desvencijada estructura
estatal. Por lo tanto, el intríngulis central era ganar la elección, y después
armar desde el gobierno una coalición amplia que hiciera gobernable el país.
Desde entonces la mescolanza oficialista (de Gildo Insfrán a Ricardo Forster,
de Mario Ischii a Andrea del Boca, de Luis D’Elía a Lázaro Báez, de Cristóbal
López a Horacio Verbitsky, de Ramón Saadi a Hebe de Bonafini), ha tenido la
fortuna y la virtú maquiaveliana para
sobrevivir una década.
Así las cosas, puesto
que el kirchnerismo es un gran rejunte, parece que sólo podrá ser derrotado en
los próximos turnos electorales por otro extenso rejunte, aunque más a tono con
los nuevos vientos que ya han empezado a soplar desde la sociedad civil (¿Será
más republicano en lo político? ¿Más diverso en lo cultural? ¿Más sensato en lo
económico? ¿Menos cínico en lo social?) Después se verá si la ensalada funciona
pasado el desafío de las urnas. Como bien dice la primera mandataria, ya veremos
si es capaz de gobernar “los 365 días del año". Pero éste es un problema interesantísimo
(en el sentido chino de la maldición) que inevitablemente tendremos más
adelante.
Nótese de paso que
rejunte y consistencia se necesitan en cualquier dialéctica virtuosa: las
bolsas de gatos que funcionan en el poder son aquellas donde alguna fracción es
capaz de elaborar una conducción medianamente coherente. Un tal Juan Domingo
Perón predicó con la palabra y el ejemplo (los hubo buenos, malos y de los
otros) sobre la táctica y la estrategia en los rejuntes; después Menem o
Kirchner nos mostrarían su virtuosismo de intérpretes.
Adviértase también que
las listas de candidatos presentadas por el oficialismo testimonian algo más
que la cerrazón con las que el kirchneriato piensa el ejercicio vertical, solitario
y excluyente del poder; se trata de la confesión palmaria de sus postreras
orfandades, de su bajísimo atractivo actual para rejuntarse: ¿Hacia dónde podría
expandirse una configuración política que ya dilapidó su capital de confianza y
que se esmera día a día en agotar sus perspectivas de futuro?
La segunda cuestión es
una novedad de estas últimas jornadas: en los principales distritos electorales
del país el oficialismo fue un convidado de piedra, o en el mejor de los casos
un actor de reparto, en una obra cuyos protagonistas empiezan a ser otros. Por
eso buena parte de la atención mediática y ciudadana se concentró en escudriñar
qué hacían las fuerzas opositoras, desde la inteligente propuesta de los
sectores progresistas para dirimir sus diferencias en las primarias de agosto,
hasta las enrevesadas negociaciones de quintas de fin de semana entre De
Narváez, Macri, De la Sota, Massa, Lavagna o Scioli.
Según se sabe, la capacidad
para captar la atención es una parte vital de la iniciativa política, y el
oficialismo percibe que está comenzando a perder ese empuje a manos de ambiciosas
astillas de su mismo palo.
El último punto se
detiene a considerar un revelador desliz. Desconozco cuáles son los sueños que
deleitan o las pesadillas que abruman a la Sra. Presidenta, pero tengo para mí que
cuando se enfurece muestra las hilachas de su inconsciente político. Le aflora
ese residuo que resiste la simbolización, esa mancha de irracionalidad
traumática que la persigue como una sombra terca.
En Entre Ríos, una presidenta
molesta y ya en campaña pudo decir: “se trata de un rejunte para poner palos en
la rueda, para no dejarnos gobernar, para defender a las corporaciones, para
volver a los ’90, etc.”. Pero de sus labios escapó una verdad mucho más cruel:
se trata de “un rejunte de gente para ganar una elección". Lo dijo con
todas las letras: “para ganar”. Y al decirlo empezó a ponerle palabras al perfil
crepuscular de su infierno tan temido, ese lugar fatídico donde suceden las
derrotas y el poder se escurre entre las manos.
De aquí a octubre, el
purgatorio electoral definirá a sus agraciados y a sus réprobos. Nadie tiene el
boleto cortado y las vueltas de la fortuna o las derivas de la virtú pueden dejar de a pie al gaucho
más advertido. Pero de aquí a la eternidad que nos separa del 2015, y más allá
de nuestro voto de convicción, habrá que hacerse a la poco feliz idea de que
las fuerzas políticas con capacidad de movilizar recursos electorales
significativos, y de apoyarse luego en una coalición que garantice mínimos
niveles de gobernabilidad, parece que tendrá los tonos de un mejunje variopinto.
Encaramada al alto faro
político e intelectual desde el que tiene por costumbre mirar a los simples
mortales, la Sra. Presidenta ha empezado a vislumbrar un horizonte perturbador:
a lo lejos ve asomarse el rejunte del poskirchnerismo.
La Plata, 28 de junio
de 2013.
Publicado en la página del Club Político Argentino: http://www.clubpoliticoargentino.org/ . Reproducido por el
Diario de Río Negro, 1/07/2013. Disponible en: http://www.rionegro.com.ar/diario/rejunte-1196906-9539-nota.aspx
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